Mi secreto es confiar en la noche. La mirada del puma riega
y fortalece el horizonte donde estoy recostado casi vencido, la actitud félida
es una lección para los débiles, para los casi vencidos. Los salvajes soplan
bambúes, llueven sin lágrimas, me abrasan con cuidado y sanan mis heridas;
hacen de este sueño un mensaje para la raíz. Soy ese fruto crudo sobre el
horizonte que limita con la noche salvaje y que confía en sanar, que la raíz
quiera responder la reverencia.
Exijo mi sangre sea devuelta al cauce, que la tinta
encuentre su destino en esta pulpa. Los días pasan como nubes, paso las hojas
como minutos, sobre promesas avanzo cargando tu ofrenda. Espero mi alimento
llegue hasta vos.