martes, 18 de febrero de 2020

Elegir el éxtasis.

Curioso es que la bronca inspire tanto. Tanta paja que cansa, mejor elegir el éxtasis masturbador de la delicia y no obedecer al espanto. Sí, la emergencia es monosilábica. Denuncio el plan sistemático de la desesperanza, me pongo en guardia ante los bienintencionados dando consejos oxidantes. Sigo contra el maltrato de quien espía por el espejo y rechazo el entretenimiento adoctrinador de tantas violencias. Está lleno de instituciones regenteadas por ángeles a sueldo que beben tu esencia, les hago la cruz a los lucrantes del dolor. Vendedores de humo son los filósofos de la Nada, vaciadores del abismo. Pido perdón al vacío.

La calentura me arrebata la desidia. No se puede combatir tantas cosas solo, uso cuchara de madera como si fuera una espada. La sombra es una herramienta salvadora y entre ruinas armamos el ataque, durante la fiesta siento tu mano y una palabra arrojada con virulencia: ¡Vamos!



domingo, 16 de febrero de 2020

Traje charla para la merienda

Una charla, una conversación de ensueño; un café, unas tostadas que nos asistan en este encantamiento.  El vaivén se cierra como un hilo matambrero, nos acerca y nos une. El único intermediario es el tiempo que desaparece, el pan ahora es harina para jugar a que tenemos canas, el café aparece como la chocolatada de la tarde. Papeles de papel picado nos rodean como una isla en el espacio, te haces que no esperabas visitas pero te alegras de verme, pesco tu sonrisa fugaz. Traje charla para la merienda, un cafecito y mi parte del ensueño, pero esto ya lo sabías. 

martes, 4 de febrero de 2020

Aprender a prometer

Entre las palabras se esconden promesas, silencios de sueño pero también el alma de papel dorado y chiches fundadores de recuerdos, tesoros del corazón. Un cofre olvidado se convierte en ataúd.

Dentro mío hay un tonto, un tonto que cae y boquea ecos que salen por la boca mentidora, por la chimenea rota. Quiero aprender a prometer, juro entrega total, me inclino hacia tus prácticas. En este mundo pedorro siempre trajiste buenas noticias, resplandores de un futuro pequeño pero intenso y amoroso. A través del humo negro encontrabas mis ojos, el cenicero de dientes espera, extraña tus deseos encendidos.

Al otro lado de la tierra puse mi lengua en un baúl que pienso desenterrar para poder decirte que dejé de fumar, que me olvidé del humo negro pero no de tus ojos ni del futuro.
[ isidoro reta / dibujante escribidor ]