Manchamos una carta con letras de pluma y versamos tonterías
volátiles como despertar de la siesta mentirosa. Certifico que aparecimos en un
gesto despojado de toda burocracia. Entre ambos cuidamos un secreto que todas
las voces conocen y cantan sin saber la letra. Dos gotas verdosas se encuentran
firmando una pintura, empieza un baile acuático. Con la brisa tocamos la piel
de otoño, desprendiendo esencia de café, desayunamos calma con mermelada. La
gata nos bendice a kilómetros de cualquier preocupación, respeta nuestra
animalidad.
Una arqueología futura dirá en sus teorías que en esta casa,
sobre este planeta, nunca se conoció la urgencia ni la desesperación. Cada uno
es un cristal donde comparte sus eclipses, a nuestro alrededor las lobas fingen
dormir. Usamos peinados abstractos de vanguardia, los espejos ríen con nosotros
culpables de la ridiculez. Hasta el reloj es cómplice y no nos delata ante el
tiempo. Un guiño oportuno detona carcajadas espantando al tedio que espía y teme.
Me ayudas a levantar los párpados sin esfuerzo, sigo tu voz párrafo por
párrafo.
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